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Vegetales polémicos

  • La fundamentalista
  • 27 jul 2017
  • 5 Min. de lectura

Verduras al horno

En esta ocasión los invito a romper las barreras que se han autoimpuesto por diferentes motivos. ¿Cuántos de nosotros ante un ofrecimiento de algún vegetal decimos, ahhh no, a mi [insertar aquí el vegetal detestado] no me gusta? El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Siempre hay algo que no preferimos. En mi caso, cuando era chica y las probé por primera vez no me gustaron las berenjenas, cosa entendible, ya que convengamos, tienen un sabor amarguito que no es muy kid friendly. Un día, ya de grande y después de ver que tanta gente las amaba, me propuse un acto de valor y volví a probarlas. No me volaron la cabeza y mi opinión no cambió mucho. Pero insistí, busqué formas de que me gustaran, analicé qué era lo que no me agradaba y pensé cómo lo podía contrarrestar en la preparación. Después de experimentar bastante logré que me encantaran, incluso en la forma de preparación más sencilla y que no las enmascaraba con otros sabores. Era sólo cuestión de abrir la mente, probarlas de muchas formas distintas y "amigarme" con un sabor nuevo. Por lo general, cuando un vegetal no gusta es porque no se le suma sabor, se cocina hervido o sin mucho agregado de condimentos. A continuación una lista de vegetales y formas de comerlos que pueden hacerte cambiar de idea y agregar un nuevo ingrediente a tus comidas.

1. Repollitos de bruselas:

Problema: largan olor feo durante el hervor. Hervirlos tampoco ayuda mucho, quedan insulsos y aburridos. Tienen un sabor olvidable.

Solución: cortarlos a la mitad y en un bol agregarles aceite de oliva, jugo de limón, ralladura de limón y condimentos varios como orégano, tomillo, romero, dientes de ajo enteros (con generosidad, 4 dientes o más), sal y mucha pimienta. También se pueden usar mezclas de especias de esas que vienen en molinillos. Revolver bien para que queden totalmente cubiertos por el líquido, ponerlos en una fuente para horno y cocinarlos en el horno precalentado y MUY fuerte hasta que estén doraditos, casi chamuscados. También se puede usar un chorrito de aceto reducción en vez de limón. El toque ácido es la clave ya que equilibra el sabor amargo y da un buen contraste.

También se pueden hacer de la misma forma con otros vegetales. Se pueden combinar con cebollas, papas, champiñones, zanahorias, apio, coliflor, etc.

2. Coliflor:

Problema: Igual que los repollitos y el brócoli, es un contaminante olfativo al hervirlo, obstáculo que lo deja relegado sólo a algunos valientes. No tiene un sabor muy fuerte.

Solución: uno de sus puntos débiles también lo hace versátil. Su sabor se puede enmascarar con abundantes condimentos. No hace falta comerlo entero, se puede triturar. Doradito cambia totalmente.

- Frito: rebozar arbolitos chiquitos con una mezcla de harina, huevo, sal, pimienta y soda (sí, agua con gas), tipo tempura, freílo hasta que la masa esté doradita.

- Al horno: igual que los repollitos de bruselas. El doradito le da un sabor genial.

Triturado y hecho masa: procesar y con los "granulitos" que quedan, un par de huevos y unas cucharadas de harina, sal y orégano hacer una masa (no va a quedar muy pegajosa, quizás quede un poco suelta). Con cariño y en una fuente para horno de teflón en muy buen estado, o sobre papel manteca, o una plancha de silicona tipo silpat disponer la "masa" y con las manos apretarla y estirala hasta dejarla finita. Cubrir con salsa de tomate, orégano, ají molido y cocinar unos minutitos en el horno, cubrir con queso y los toppings, volver a poner todo en el horno para derretir el queso y listo: una versión de pizza más light, o al menos que aporta más nutrientes que una hecha solamente con harina.

- Crudo: sí, crudo.

Opción A: Cortar el coliflor en arbolitos chiquitos y usarlos para sumergirlos en hummus, mayonesa de ajo, queso, salsa de espinaca y queso o alguna salsita sabrosa. Esta opción es para los más valientes, pero les garantizo que queda rico, acá todas las esperanzas están depositadas en la salsa elegida, que tiene que tener mucho sabor.

Opción B: procesarlo y usar los granulitos como base de un tabule, o usarlo como base de ensalada mediterránea con tomates, aceitunas, pepinos, usar alguna hierba como perejil, albahaca u orégano fresco. Aderezar con oliva, limón o aceto, y un toque de sal.

3. Berenjenas:

Problema: amargor.

Solución: aportar sabor y textura. Salar y limpiar el agüita amarga.

Torre de milanesas: Cortar las berenjenas en rodajas, salar, esperar a que larguen un poco de agua y secar esa "transpiración" con papel de cocina. Aderezarlas con una mezcla de condimentos oriental tipo Baharat, masala, zaatar, o lo que haya en la alacena, pasar las rodajas por huevo, y rebozarlas con panko (pan rallado japonés más gruesito y crocante). Cocinar las rodajas en horno fuerte hasta que estén doraditas. Una vez listas armar pilitas con una rodaja de milanesa de berenjena, una rodaja de tomate, otra berenjena, un poco de queso por salut, otra berenjena, salsa de tomate y más queso. Poner todo en el horno de nuevo hasta derretir el queso y servir con unas hojitas de albahaca o un poco de orégano. También se le pueden poner aceitunas negras como si fuera una pizza, o se puede acudir a la creatividad y ponerle otros ingredientes como pesto, rúcula, aceitunas verdes, alcaparras, o lo que haya en la heladera.

Se pueden usar zucchini también, en vez de berenjenas.

Escabeche: cortar las berenjenas en cubos y disponerlas en una olla con una taza de vinagre de vino, media taza de vino blanco, zanahorias en rodajas, cebollas en rodajas, un par de granos de pimienta y una hoja de laurel. También se le puede agregar ají molido para los amantes del picor. Hervir a fuego bajo hasta que las berenjenas estén blanditas y casi desarmadas. Guardar todo en un frasco, agregarle aceite de oliva y dejar enfriar. Comer el escabeche con galletitas o pan calentito. Se conserva bien bastante tiempo, así que se pueden hacer en cantidad y guardar para tener un bocadillo siempre listo en la heladera.

4. Zanahorias, remolachas, apio, zapallo, calabaza

Problema: como la mayoría de las verduras hervidas, son aburridas

Solución: al horno! Bien quemaditas. No fallan. Al zapallo se lo puede condimentar con nuez moscada que le da un sabor muy rico y que combina perfecto.

Hay muchas otras verduras que generan controversia, si tienen ideas o pedidos, se aceptan comentarios y sugerencias. Pero si tuviera que darles una sola recomendación sería DORAR, cualquier cosa que hagan, si está doradita, mejora muchísimo.

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ALGUNOS FUNDAMENTOS A SEGUIR

N.° 1 

No hay mejor comida que la hecha por uno.

 

N.° 2

Con un poquito de cariño una comida común y corriente puede ser un manjar.

 

N.° 3

La buena calidad de los ingredientes es determinante para el resultado final.

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