Puede fallar
- LittleRib
- 5 sept 2016
- 3 Min. de lectura

No hay ningún cocinero que no haya tenido que tirar una preparación y empezar de nuevo. A cocinar se aprende equivocándose. Así que si algo sale mal a no desesperar y volver a intentarlo. En la cocina, como en muchos otros ámbitos, los errores ocurren por motivos bastante comunes, falta de ganas, tratar de ahorrar pasos, no leer bien las indicaciones, no usar los ingredientes apropiados y el más importante, no probar lo que estamos haciendo en cada paso, a medida que agregamos ingredientes. Un cocinero tiene que probar, no hay otra forma de saber si falta sal, si pica mucho, si está quemado o si le falta "algo".
La historia del curry incomible
Les cuento mi experiencia del viernes. Llegué cansada del gimnasio y me dispuse a hacer un "curry" a mi estilo, verduras rehogadas, curry y leche de coco. Peeeeero estaba cansada y no probé el sobre de curry verde tailandés que estaba usando. Era un producto nuevo que había traído de mi última excursión a Disneylandia, digo al Barrio Chino. Bajo la premisa de que nos bancamos lo picante y éramos guapos, lo puse todo en la olla en vez de agregar de a poco e ir probando. ¡¡¡ERROR!!! Los tailandeses tienen un amor por el picor que creo que hasta hace que la comida mexicana parezca apenas picosita. La cuestión es que cuando eché la leche de coco, revolví y probé el resultado final, estaba incomible. Apenas una probadita de la cuchara causaba un ataque de tos. No quise tirar todo y me puse a investigar cómo solucionarlo. San gugl tenía que aportarme alguna solución.
Cómo bajar el picor de una preparación.
Acá va una recopilación de las técnicas que encontré y usé. Debo reconocer que estaba tan picante que usé TODAS.
Puede aplicarse a un curry, una salsa de tomate con mucho pepperoncino, mucha pimienta en un guiso, un chile malvado que pica más de lo esperado, un sobre de curry en pasta nuevo que uno no probó (ejemmm). En cada caso los ingredientes se adecuarán a la preparación en cuestión.
1. Agregar más ingredientes. En mi caso el curry era vegetariano, de dos berenjenas, un pimiento rojo y dos cebollas. Le sumé un zucchini.
2. Agregar más líquido. Le agregué caldo.
3. Agregar un lácteo. Le metí medio litro de leche. Si hubiera tenido más leche de coco hubiera sido genial.
4. Agregar un ácido. Le puse medio limón exprimido.
5. Agregar un almidón. Lo serví con arroz blanco. Le podría haber agregado unas papas adentro.
6. Agregar una salsa neutra como complemento. Le puse una salsita de yogurt sin sabor con perejil.
7. Complementar con hierbas frescas. Le puse un puñado de perejil picado.
8. Agregar un toque dulce. Le puse un chorrito de miel.
9. En el caso particular de los curries tailandeses, una recomendación que encontré era sumar pasta de maní o sésamo, que son ingredientes típicos de la comida tailandesa. Tenía un poco de tahine (pasta de sésamo) así que también la sumé a la olla.
10. Armarse de coraje, un par de servilletas para las lágrimas y sonarse la nariz, y mucha bebida fresca. De postre alguna fruta fresca, dulce y jugosa.
Los invito a compartir sus experiencias bochornosas en la cocina. No se olviden de etiquetar a la fundamentalista y si les gusta usar hashtags propongo #puedefallar
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