Almuerzo para llevar - Parte 2 - No vives de ensalada
- LittleRib
- 26 may 2016
- 3 Min. de lectura

Preparar una ensalada para llevarte al trabajo es la opción más lógica y sencilla. No te da sueño después de comerla y no es tan complicado en cuanto a logística. Todo a un tupper y listo. Sólo hay que tener en cuenta el tema aderezo. Hay que llevarlo en un frasquito si no hay en la cocina del lugar de trabajo y lo ideal es uno que cierre bien y a rosca para que no se vuelque y no cause un desastre. Las combinaciones de ensalada varían tanto como el gusto personal de cada uno. Hasta acá todo muy lindo, saludable, fresco, fácil de preparar, pero, como diría Homero, "No vives de ensalada". Con una ensalada a las dos horas es muy probable que uno tenga hambre de nuevo y termine atacando el quiosco más cercano, deshaciendo así todo esfuerzo por cuidar la salud con una golosina ultracalórica y llena de ingredientes dudosos.
Pero es aquí donde viene al rescate la receta de hoy: el muffin salado. Complemento ideal de una ensalada, este invento mío surgió de la inspiración de mi compañera de trabajo Mica, que hacía tartas sin masa. Yo le di una vuelta de tuerca y se me ocurrió hacer lo mismo en moldecitos de silicona para muffins. Los moldes de silicona aptos para horno son excelentes, soportan el calor del horno o el microondas, son totalmente antiadherentes, son reutilizables, son estéticos porque vienen de colores lindos y no son para nada costosos. A modo de ejemplo en Jumbo venden un blister de 4 a $80). Seguramente se consiguen a mejor precio en un local de gastronomía.
Mi invento no es un gran descubrimiento, es un simple relleno, con verduras o algún otro ingrediente ligado con huevo. Lo genial es la comodidad del moldecito, que se puede congelar y tiene la porción justa. Se pueden hacer varios muffins salados y guardarlos en el freezer. Así son un comodín para llevarse a la oficina sin pensar mucho. Otro dato interesante es que tienen un tamaño perfecto que entra en cualquier tupper redondito o en los recipientes de plástico redondos con tapa en los que venden las frutas secas en el supermercado. Para recalentar el muffin antes de comerlo, si está semi-congelado (suponiendo que se fue descongelando en el trayecto al trabajo y durante la mañana, se calienta 2 minutos en el microondas, adentro del molde de silicona y queda perfecto. Al no tener masa el microondas es una buena opción. Si hiciera lo mismo en una versión con masa, para recalentarlo ya habría que recurrir a un hornito eléctrico, para que la masa quede crocante y tardaría mucho más tiempo. La elección de no ponerle masa ayuda a reducir el consumo de harinas blancas y a la vez hace que recalentarlo sea más sencillo.
A continuación un par de versiones, los invito a ser creativos y hacerlos con los ingredientes que más les gusten. Cocinar en horno fuerte hasta que se vea cuajado el huevo y doradita la superficie.
Muffin salado de zapallitos: rehogar cebollas, zapallitos y pimientos. Salpimentar. Dejar entibiar y mezclar con queso en hebras y huevos. ¿Cuántos huevos? Los necesarios para que las verduras queden bien cubiertas al volcarlas en el molde. Varía mucho de acuerdo al tamaño de las verduras. Se puede agregar un sobrecito de caldo de verduras en polvo mezclado con los huevos batidos para reforzar el sabor. Repartir en los moldes y para terminar ponerle semillas de girasol por arriba. No hace falta aceitar el molde, la silicona es antiadherente.
Muffin salado de hongos: rehogar champiñones fileteados y cebolla de verdeo, dejar entibiar un ratito, volcar en un bowl, agregar huevos, queso rallado reggianito, sal, pimienta, nuez moscada y una cucharada de queso blanco, crema, Philadelphia o similar. Agregar un caldo en polvo de hongos y pimienta molida. Repartir en los moldes y para decorar ponerle queso rallado grueso por encima. Cocinar en horno fuerte hasta que cuaje el huevo y el queso rallado se dore.
Podría hacer mil recetas todas similares. Una base de cebollas, verduras, o pollo cocido, o jamón y queso con huevo y alguna semilla o queso por arriba. Algunas combinaciones que se me ocurren: pollo; brócoli y zanahoria rallada (en este caso no hace falta cocinar la zanahoria, al estar rallada finita alcanza con el tiempo de cocción en el horno y no hace falta cocinarla antes); zuchinni y cebolla; jamón y queso; puré de calabaza cocida al horno y queso parmesano, espinaca y queso port salut en cubos, choclo y cebolla, tomates secos hidratados y aceitunas negras, puerro, cebolla y queso, tomate fresco y albahaca, hojas de remolacha (si! las hojas no se tiran, se pueden usar como si fueran espinaca), espárragos.
Nota: la foto de la publicación la sacó mi amiga Mica.
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