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Herramienta multipropósito

  • La fundamentalista
  • 22 ene 2016
  • 1 Min. de lectura

"Yo te hago cupcakes, es re fácil", dije en algún momento para dos cumpleaños diferentes el mismo fin de semana, canchera porque tenía una batidora Kitchen Aid nueva que me moría por estrenar. Hacer la masa fue muy fácil, pero lo fácil se convirtió en tortura a la tercera tanda de cupcakes que sacaba del horno. Rellenar los pirotines uno por uno con una cuchara, midiendo que quedaran más o menos parejos, sin volcar afuera (porque sino se quema lo chorreado) se convirtió en el peor castigo. Al final, tan fácil no era si había que hacer 120. Pero por suerte llegó una heroína a salvarme, la bochera de helado, con un nuevo uso que me pareció todo un descubrimiento. Después prestando atención, me di cuenta de que es lo que usan en Subway para servir el relleno de atún midiendo siempre la misma cantidad, o en algunos restaurantes para servir el puré o el arroz con un poco más de cariño para que no parezca comida de cárcel. Un gran descubrimiento. Por la presente declaro mi amor incondicional por la bochera de helado, que cada vez uso más.

Foto: muffins de arándanos en molde de silicona


 
 
 

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ALGUNOS FUNDAMENTOS A SEGUIR

N.° 1 

No hay mejor comida que la hecha por uno.

 

N.° 2

Con un poquito de cariño una comida común y corriente puede ser un manjar.

 

N.° 3

La buena calidad de los ingredientes es determinante para el resultado final.

© 2016 La fundamentalista de la cocina

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